Cd. de México / 2017-11-02

Ciudad de México a 25 de octubre de 2017.- La tradición ancestral de honrar a los muertos, se cumplió cabal y puntualmente en la Confederación Nacional Campesina (CNC). Integrantes del Comité Ejecutivo Nacional y colaboradores entusiastas colocaron con esmero todo tipo de adornos para concursar dignamente con temas que recuerdan a luchadores sociales y próceres defensores de los derechos de los campesinos, literatos y cancioneros que dedicaron su esfuerzo y gran parte de sus vidas a escribir temas relacionados con las causas del campo mexicano.
Fueron 14 “ofrendas” instaladas alrededor de una estampa llena de arte con las figuras de los Caudillos del Sur y del Norte, nada menos que Emiliano Zapata y Pancho Villa, plasmadas en efigie de cuerpo entero, primeramente dibujadas y cubiertas con polvo de piedra o arenilla de colores, en un espacio de tres metros por seis. En su base, destaca el logotipo en rojo de la Confederación Nacional Campesina, y el lema de ‘Campesinos de América, Uníos’.
Con la representación del dirigente de la CNC, senador Ismael Hernández Deras –quien por compromisos legislativos en el Senado de la República no pudo asistir—su señora esposa, CP Gabriela López de Hernández, inauguró la muestra de ofrendas con breve mensaje.
Reconoció la labor de la Secretaría de Cultura de la CNC, a cargo del poeta y compositor de música mexicana, Martín Urieta, y destacó la presencia del secretario general de la organización, Rubén Escajeda Jiménez, y del diputado Francisco Javier Santillán, coordinador del sector agrario en el Congreso.
Dijo que en diversas manifestaciones los mexicanos nos reímos de la muerte, pero en el fondo somos respetuosos de los días dedicados a recordar a nuestros ancestros y a personalidades que dedicaron sus obras en libros y en canciones a la muerte, en el marco general del sector social del campo y el desarrollo rural.
Un total de 14 ‘ofrendas’ se instalaron en honor de personajes que, de alguna manera, tienen una relación con el sector campesino. Tres de las muestras fueron con referencia a Emiliano Zapata, dos dedicadas al compositor de música mexicana José Alfredo Jiménez, y una para don Venustiano Carranza, por ser artífice de la primera Ley Agraria del 6 de enero de 1915.
Una fotografía de Amado Nervo sirvió de marco a una breve composición: “Si eres orgulloso, conviene que ames la soledad; los orgullosos siempre se quedan solos”. De igual forma, el escritor José Emilio Pacheco dejó para la eternidad su pensamiento: “Acércate y al oído te diré adiós. Gracias porque te conocí; porque acompañaste un inmenso minuto de existencia. Todo se olvidará en poco tiempo”.
Otra ofrenda fue dedicada al dirigente cenecista desaparecido Alfredo V. Bonfil, quien el 28 de enero de 1973 el avión que transportaba a otros distinguidos cenecistas, cayó en el Golfo de México.
El compositor y cantante Juan Gabriel fue recordado con algunas de sus canciones a personas fallecidas, entre las que destacó “Amor eterno”, al parecer dedicada a la autora de sus días. El dirigente campesino de Xochimilco, don Guillermo Morales Rosas también fue distinguido con una ofrenda.
La escritora y diplomática, Rosario Castellanos, fue recordada con una ofrenda por su delicada atención de escribir en honor de mujeres campesinas.
“El Rey Poeta” Nezahualcóyotl, impulsor de la agricultura, la ecología y el aprovechamiento tecnificado del agua para riego, además de excelente gobernante y arquitecto, su recuerdo tuvo un espacio entre las ofrendas, adornadas con alimentos, cultivos como nopales, cactáceas y xerófitas, que eran las plantas preferidas por este personaje.
Don Javier Rojo Gómez, de pura cepa hidalguense, fue motivo de recuerdo por su inclinación a defender los derechos campesinos y, además, por haber dirigido a la Confederación Nacional Campesina.
El Jurado que calificó la calidad y el sentido de las ofrendas, estuvo integrado por el maestro Juan Pablo García Urióstegui; la maestra Estephany Vélez y la maestra Andrea Guerra Luna.
El primer lugar lo ganó la ofrenda dedicada a José Emilio Pacheco, a cargo del área de Enlace Educativo. Se hizo acreedora a un premio de diez mil pesos.
El segundo lugar lo ocupó la ofrenda en honor a José Alfredo Jiménez, a cargo de la Federación Nacional de Profesionistas y Técnicos. El premio consistió en 5 mil pesos.
Y el tercer lugar fue ganado por la ofrenda dedicada a la escritora y diplomática Rosario Castellanos, a cargo de la Secretaría de Acción Femenil de CNC. Le correspondió un premio de 2,500 pesos.
La instalación de ofrendas es una tradición milenaria de los mexicanos. El espíritu que permea entre todas las familias, se resume en el gusto de ofrecer alimentos, bocadillos y bebidas, que eran del gusto de los difuntos. No faltan detalles en el sentido de que, en las ofrendas, se sintoniza música de todo tipo.
En esta ocasión se instalaron 14 ofrendas muy bien surtidas, relacionadas con los gustos y preferencias de héroes revolucionarios y personajes que, en vida, tuvieron importancia con el sector campesino en diferentes etapas de su vida. Fueron decoradas con el clásico ‘pan de muerto’, los ricos tamales de mole, rajas y verdes; el rico mole poblano, sin faltar, por supuesto, el rasposo aguardiente de caña, el tequila y mezcal, y una que otra cerveza para el ‘desempance’.

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