Agradezco a Rosita, Rosa María Galindo Castañeda, su invitación, para el festejo de un año más de Bitácora del Golfo, un medio de comunicación con 31 años de historia (1992), de trabajo, de registro puntual de lo que ha acontecido en esta región de la entidad veracruzana.

Gracias Vic, Víctor Olivares Galindo, por tus atenciones y amabilidad de siempre, y por recibir mis colaboraciones de los últimos meses en la versión web de este medio de comunicación.

Una bitácora es una caja a modo de armario que se utiliza en los barcos. Va cerca del timón y de la aguja náutica, para facilitar la navegación en océanos desconocidos. En la antigüedad este espacio solía incluir un cuaderno donde los navegantes escribían sus relatos de viajes.

Con esa definición de los diccionarios, quiero significar, el trabajo que Bitácora del Golfo ha realizado en estos años. Ha sido, en efecto, un espacio de registro regional, de apuntes de lo que acontece, pero también, una brújula, un instrumento para facilitar la navegación en las aguas profundas y caudalosas de la política local.

Esta bitácora ha estado alimentada por las manos y el pensamiento de una mujer que admiro mucho por su amabilidad, tenacidad y persistencia. Rosa María Galindo Castañeda ha llevado el registro puntual de los hechos que ha vivido la entidad veracruzana en una gran cantidad de municipios veracruzanos.

Con una publicación impresa sencilla, modesta, pero repleta de información primero y con una página web después, el trabajo periodístico de Bitácora del Golfo es digno de reconocimiento. No hay otra publicación en estos años a los que nos referimos, que tenga tanto detalle y puntualidad como la que ha dirigido Rosita Galindo Castañeda.

Este me parece, siguiendo la solicitud de abordar un tema de actualidad, es el punto central de estos apuntes: el valor de lo regional.

El fenómeno de la globalización nos acercó el mundo con sus cadenas comerciales y modas. Las grandes capitales del dinero se volvieron de moda y lo local se desdeñó, se vio con recelo. Pero ¿de dónde venimos si no es de la pequeña comunidad, de la aldea, de lo local? Podemos ser universales y caminar por Londres o Manhattan, pero al final seremos hijos de nuestra casa, feligreses de nuestra parroquia, hombres y mujeres del terruño que nos vio nacer.

Hace apenas el año pasado escuché a la periodista Elena Puértolas, del diario del AltoAragón —se edita en la ciudad de Huesca, España— decir que “el periodismo local es periodismo con mayúsculas”. Al defender la importancia de los medios regionales en España, su país, acotó que este es “un periodismo del rostro y del nombre propio”. ¿Por qué estas afirmaciones? Porque el periodismo local genera cohesión, ayuda al territorio y fomenta la verdad”.

En esto estriba, desde mi perspectiva, la importancia del trabajo periodístico que ha desarrollado Rosa María Galindo Castañeda en su Bitácora del Golfo. Los historiadores del futuro tendrán que acudir a los muchos ejemplares de este medio de comunicación para tomar sus estudios regionales. Por aquí ha pasado el trabajo de políticos buenos, malos y regulares. Desde aquí se han escuchado logros, denuncias y demandas.

Cuando pienso en historias como la de Rosita Galindo Castañeda, una mujer de lucha, de esfuerzo, valiente y siempre sonriente, pienso “Itaca”, un poema emblemático de Constantino Cavafis —un poeta griego que nació y murió en Alejandría, Egipto–.

Leo unos fragmentos de esta obra de Cavafis:

Cuando emprendas tu viaje a Itaca

pide que el camino sea largo,

lleno de aventuras, lleno de experiencias.

(…)

Pide que el camino sea largo.

Que muchas sean las mañanas de verano

en que llegues -¡con qué placer y alegría!-

a puertos nunca vistos antes.

(…)

Ten siempre a Itaca en tu mente.

Llegar allí es tu destino.

Mas no apresures nunca el viaje.

Mejor que dure muchos años

y atracar, viejo ya, en la isla,

enriquecido de cuanto ganaste en el camino

sin aguantar a que Itaca te enriquezca.

Hasta ahí el poema.

Concluyo: creo que el de Rosa María Galindo Castañeda en Bitácora del Golfo ha sido un gran viaje y lo ha disfrutado mucho, lo sigue disfrutando mucho y lo seguirá disfrutando mucho.

Muchas felicidades Rosita por su cariño, por su amistad y por la historia de Bitácora del Golfo.

Muchas gracias a todos.